lunes, 12 de agosto de 2013

Srebrenica, 12 de julio

El 12 de julio los habitantes de Srebrenica (República Srpska, Bosnia y Herzegovina) estaban tristes.

Y una servidora, a la que le gustaria hacer desaparecer las atrocidades de la guerra pero aún no sabe cómo, tuvo que recurrir a sus, siempre socorridas, gafas mágicas.

Y, aunque efímeras, consiguió algunas sonrisas:



 

viernes, 5 de abril de 2013

Najwa

Para el Tribunal Superior de Justicia de Madrid es lo mismo un velo islámico que un sombrero. Lo ha sentenciado así a cuenta del caso Najwa, la joven que tuvo que cambiar tres veces de instituto en 2010 por no querer quitarse el 'hiyab' para entrar en clase.

Es tradición del Islam que cuando una niña deja de serlo se tape la cabeza con un velo. El reglamento del instituto prohíbe a los estudiantes llevar la cabeza cubierta dentro de las aulas. La estudiante, musulmana, eligió seguir las normas impuestas por su religión a las impuestas por sus profesores. Fue sancionada y tuvo que cambiar de centro. Dos veces. El caso fue sonado, recuerdo que incluso proliferaron las pintadas racistas en alusión al tema. Perdió semanas de clase y precisó tratamiento médico por la presión.

El director del instituto fue premiado con un puesto de asesor técnico en la Consejería de Educación. 

Amnistía Internacional o Human Right Watch, dos ONG defensoras de los derechos humanos, alertaron de la discriminación y recordaron que el derecho a la libertad religiosa (y a su manifestación pública) está recogido en la Constitución. El Partido Popular se puso feminista y dijo que el 'hiyab' era un símbolo discriminatorio hacia las mujeres*. Rosa Díez, de UpyD, aprovechó para proponer la prohibición del velo en todos los espacios públicos, sin paños calientes.

Recuerdo un debate televisado en el que llamaron a Najwa "la niña tocapelotas del velo", o algo así. "LA NIÑA tocapelotas del velo".

Sin embargo, los jueces del TSJM consideran que, como el reglamento del centro escolar era el mismo para todos los alumnos, no debe haber sanción alguna. ¿Es que el reglamento puede primar sobre un derecho fundamental? Eso parece. La familia, obviamente, recurrirá al Tribunal Constitucional. 



Mi confianza en la justicia no atraviesa por su mejor momento.

*Yo no creo que sea exactamente así, pero ese es otro tema.

sábado, 9 de febrero de 2013

Neftalí

La obra de Pablo Neruda ha sido víctima injusta de la cursilería extrema, con montajes en Youtube azucarados hasta el límite. Víctima también del negocio del amor, merchandising de versos.

No merece por ello que se desprecie su talento.

Por fin se ordena la exhumación de sus restos, cuyo análisis determinará si fue asesinado por Augusto Pinochet o fue asesinado por un cáncer. 



España pobre por culpa de los ricos

"Malditos los que un día
no miraron, malditos ciegos malditos,
los que no adelantaron a la solemne patria
el pan sino las lágrimas, malditos
uniformes manchados
y sotanas
de agrios, hediondos perros de cueva y sepultura.

La pobreza era por España
como caballos llenos de humo,
como piedras caídas del
manantial de la desventura,
tierras cereales sin
abrir
, bodegas secretas
de azul y estaño, ovarios, puertas, arcos
cerrados, profundidades
que querían parir, todo estaba guardado
por triangulares guardias con escopeta,
por curas de color de triste rata,
por lacayos del rey de inmenso culo.

España dura, país manzanar y pino,
te prohibían tus vagos señores:

A no sembrar, a no parir las minas,
a no montar las vacas, al ensimismamiento
de las tumbas, a visitar cada año
el monumento de Cristóbal el marinero, a relinchar
discursos con macacos venidos de América
,
iguales en "posición social" y podredumbre.

No levantéis escuelas, no hagáis grujir la cáscara
terrestre con arados, no llenéis los graneros
de abundancia trigal: rezad, bestias, rezad,
que un dios de culo inmenso como el culo del rey
os espera: "Allí tomaréis sopa, hermanos míos".

'España en el corazón', Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto (Pablo Neruda).
1936

lunes, 14 de enero de 2013

El Chico

Lloro mucho, por cualquier cosa. De manera incontrolada y en cualquier lugar. Pero no quiero, de verdad, en algunas situaciones es embarazoso, puede incomodar. No procede. Lloro por poesías, por noticias, por gestos heroicos, por películas, por recuerdos, por alegrías, por canciones, por enfados, por desmemoria, por desgracias propias y ajenas, por la emoción de ver a quien defiende sus ideas, porque me siento humillada, o incomprendida, por rabia, por algo que hice, por historias que me cuentan, por historias que yo cuento, porque no me quiero morir, por discusiones, por indignación, por tristeza sinsentido.

No es de ahora, es de siempre.

Hace unas semanas, o puede que algún mes, lloré porque mi madre había hecho limpieza general. Sí. Aguanté las lágrimas hasta llegar al cuarto de baño, eché el pestillo y lloré bajito, pero con mucha rabia. "Con todas las desgracias que suceden estos días, Lucía, no seas infantil". Ya. Pero es que mi madre había hecho limpieza general y eso significa: "He tirado algunos de tus recuerdos a la basura porque ocupaban espacio".

No me importó en exceso el regalo masivo de libros, películas, cómics. Porque sí, hay quien los puede aprovechar más que yo. Ni siquiera que se desprendiera de maletas llenas de ropa, sin consultarme qué me pongo y qué no. Ni los collares y tacones que nunca utilizo. No. Pero sí me importó, muchísimo, que tirara, quién sabe dónde, la figura de Charlot y el Chico. Una pequeña escultura, tallada en piedra, que siempre, o hasta donde alcanza mi memoria, nos ha acompañado en el salón. Charlot y el Chico, muy serios o muy tristes o muy aburridos, según el día, sentados en un banco, con los zapatos roídos y remiendos en la ropa, con bombín el mayor y boina el pequeño, inmóviles. Solíamos hablar con ellos.

Cuando descubrí la 'limpieza' tuve ganas de gritar muchos tacos. Pero qué MIERDA era esa. Pero mi madre, mi compañera de piso, no acepta bien las críticas. Y yo últimamente evito conflictos. Así que fui a llorar al baño. Después, encendí el ordenador y busqué fotos y vídeos. Reminiscencias. Y se me pasó un poco el enfado. Porque mis recuerdos son míos y no se pueden tirar. No caben en ningún cubo de basura. 

 
Ahora el Chico me acompaña, él solo, en mi perfil de Twitter. Un lugar que frecuento casi tanto como antes frecuentaba el salón.


lunes, 26 de noviembre de 2012

Nueva York. La capital del capital.

 Empire State Building


 Times Square


 Unos chicos a los que me quedé con ganas de conocer. Rockefeller Center.


 Atasco de taxis


 El edificio ese que sale en las series

 Pescando en el Hudson River


 Arte moderno. Metropolitan Museum.


 Quinta Avenida


 Ardilla. (Nada es demasiado obvio)


 Harlem



 La torre nueva que sustituye a las gemelas


 Humo que sale de las alcantarillas


 Brooklyn Bridge


 
Nieve

 
 Skyscraper


 En Nueva York todo es a lo grande, excepto la Estatua de la Libertad, que es sorprendentemente pequeña


 Como yo...

domingo, 25 de noviembre de 2012

Mi amigo el sepulturero


Muchos domingos por la mañana voy al cementerio de visita.

El sepulturero de turno de fin de semana y yo nos hemos hecho amigos. 

Al principio, se acercaba cuando llevaba un rato frente al nicho y me hacía preguntas por romper el hielo: "¿De qué murió?" "¿Tú quién eres, su hija?". Yo contestaba con monosílabos y después, los dos en silencio, mirábamos tu foto.

Más adelante, me daba recomendaciones: "Es mejor que vayas al Ayuntamiento a cambiar la titularidad del nicho para evitar futuros papeleos", "Mejor que compres unas flores de plástico para el verano, que las naturales no aguantan nada". 

Según pasaban los meses, se atrevía con preguntas más indiscretas: "¿Por qué no hay cruz ni virgen en la lápida?", "¿Tienes novio?". Y me daba el parte de visitas: "Ayer vino tu tío, el otro día tu hermana, y hace semana y media una señora que no sé quién es". Yo, que soy de entrar al trapo, sin darme cuenta me encontraba dando explicaciones a un desconocido sobre mi ateísmo, mi soltería y mi árbol genealógico.

Llegamos a un punto en el que, según cruzaba la puerta del recinto, me acompañaba hasta tu sitio y no paraba de hablar hasta dejarme en el coche de vuelta. Ni un minuto me dejaba a solas contigo. Así no había manera de sufrir.  Decidí que, educadamente, tenía que parar la situación:

-Oye, ¿te importa que me quede un rato en silencio? Es que me gustaría 'hablar' un poco con mi padre.
-Pero, ¿no eras atea?
-¿Y eso qué tiene que ver?
-No sé, pues que no te va a escuchar. Está muerto.
-Ya bueno, cuando digo hablar con él, me refiero a hablar conmigo misma.
-Ah. 

Me miró raro, pero se fue.

Me sentí un poco mal, igual había sido borde. El chico se aburre. Es lógico que quiera aprovechar el tiempo que estoy aquí. Me miraste con gesto de disgusto. Valeeeee. Fui a buscarle.

-Tampoco tenías que irte, que lo he dicho en broma.
-Ya lo sabía. 

Sonrió.

Ahora, cuando voy a verte los domingos,  llevo dudas preparadas. Me cuenta cosas interesantes. Dice que la gran mayoría de muertos lo son por cáncer, por infartos o por accidentes. Que la gente va con productos de limpieza porque en las tumbas se acumula mucha mierda. Sin embargo, la de mi padre siempre está reluciente. "De esa me encargo yo", ha dicho. Todo un detalle.
Además, ahora siempre nos deja solos diez minutos porque tiene "una cosa que hacer". 

Un gran tipo.

martes, 30 de octubre de 2012

Una reflexión sobre Sandy

(El huracán, sobre la 'prota' de Grease solo puedo decir que su delgadez -e idiotez- extrema me ponía un poco nerviosa).



Sandy ha colapsado Nueva York, City of Blinding Lights, lugar desde donde escribo ahora. Ha parado el metro, el tren, los autobuses, ¡La Bolsa!, las escuelas. La fuerza del viento ha matado gente al desplomarse algún edificio, algún árbol e inundarse algunas zonas. Hay quien se ha quedado sin luz. Es una muy mala noticia.


Hasta aquí, de acuerdo. 

Además Sandy, como siguiendo un guión, ha hecho su aparición a una semana de las elecciones en EEUU, "el país más poderoso del mundo". Ha cundido el pánico y la noticia ha sido portada en periódicos de medio mundo, ha abierto informativos. Ver los efectos del viento en un escenario tan suculento (Times Square, Central Park, la Estatua de la Libertad) tiene cierto morbo.

Por estar aquí, sin haber hecho nada especialmente heroico, hoy me han entrevistado varios periodistas (¡incluso he salido en la TV pública!). Me han llegado decenas de mensajes de amigos y familiares preocupados por mi seguridad (gracias, jipis). Es que ha sido un temporal muy fuerte. Lo entiendo.

Hace años viví uno similar en La Habana (Cuba). Nadie me llamó. No porque mis amigos y familiares no me quisieran entonces, sino porque parece ser que apenas salió en prensa. Sin luz, ni agua, ni comida (solo con velas y un dominó, bendito dominó) estuve días acojonada sin dormir. 

Esta vez, por suerte, no he pasado miedo. Ni una pizca. Pero siento mucha rabia. Antes de llegar a "la capital del mundo", Sandy había arrasado Cuba y Haití. En este último lugar ha provocado un nuevo brote de cólera. Allí la gente no se ha quedado sin luz, se ha quedado sin casa. Por favor, contacten con ellos. En Nueva York estamos sin metro, pero bien. I promise.