domingo, 19 de febrero de 2012

Atenas (I)

En el centro Atenas es difícil tomarte un café con leche por menos de tres euros. Si lo encuentras a dos y medio, puedes darte por contenta. No hablo sin saber, lo comprobé hace unos días cuando estuve por allí de visita. No dábamos crédito ni mi compañera de aventura ni yo. ¿Por qué es tan caro? Al preguntar, la contestación más frecuente era: "Es que los griegos aprovechamos el café para echar la tarde en un bar". Vale. Me vale esa respuesta... a medias. Muchos españoles también somos aficionados a consumir poco y hablar mucho, eso es así. Pero no pagamos tres euros por un café. ¿Entonces? La otra parte de la respuesta la encontramos en los tickets de consumición: El IVA es del 23%. Esto quiere decir que de los tres euros, 70 céntimos corresponden al pago del Impuesto sobre el Valor Añadido.

¿Por qué el IVA es tan alto (En España lo subieron al 18% y ya dolió)? Porque Grecia, queridos, está en crisis. Sé que no acabo de dar una noticia de última hora. Las últimas horas lo mejor va a ser que las sigáis por twitter #Grecia #Greece #Atenas #Syntagma o similares. Tampoco puedo aportar nada que no podáis leer ya en los periódicos. Lo que sí puedo contaros es un poco la crisis que yo vi.

Empezaré por lo evidente. En Atenas muchas personas duermen en la calle. Por cualquier calle, por todas partes. Más de 20.000 (la cifra es la última que da EFE, citando varias ONG) con una población de 3,7 millones en toda la región. Por comparar, os diré que en Madrid capital hay unos 1.800 'sin techo' contabilizados sobre una población de 3,3 millones. Hasta yo, que soy de letras (y lo digo de verdad eh, no como cuando Belén Esteban dice que es de letras) me doy cuenta de que lo de Atenas es más de diez veces peor. También vimos niños y, sobre todo, niñas, pidiendo, mendigando. Constantemente. Debían tener tres, cuatro, cinco o, como mucho, seis años.

Además, en Atenas las paredes hablaban. Llenas de rabia, ira y deseos, decían cosas, se quejaban (Esto os lo enseño mañana en otro post). Y las calles con el ambiente de resaca de una revolución frustrada. Comercios cerrados. Policías caminando siempre en grupo, de diez en diez. ¿Con miedo?
De la Acrópolis hablaré otro día. Pero hoy os cuento que estaba vacía. Sin turistas, quiero decir. La entrada valía 12 euros por persona. A mi compañera y a mi no nos cobraron. ¿Por qué? Por periodistas. ¿Es que los griegos no están haciendo caja ni con una 'maravilla' del mundo antiguo? Pues no, oye, no.

*Mañana sigo.

1 comentario:

Mari Carmen dijo...

Nos quejamos de lo que pasa aquí, pero desde luego lo de Grecia es mil veces peor!! Pufff!!
Lo de que no cobran a los periodistas cuando sales de España es algo que siempr eme llama la atención... Aquí en España en poquísimos sitios, por no decir en ninguno, sirve de nada ser periodista para evitar pasar por caja...
Un besote